Un Café Por la Seguridad Vial con Alma Chávez y Esther Soto
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Es la tía de Marisol y la hermana de Gaby, personas que un día fueron alcanzadas por la violencia vial y luchan para que a nadie más le pase
Por Georgina Hidalgo Vivas
Se venció el plazo para tener al fin la primera Ley general de Movilidad y Seguridad Vial en el Senado de la República y ante la indolencia de los legisladores, Alma Chávez y Esther Soto, tía de Marisol y hermana Gaby, alzaron la voz por las víctimas de los siniestros viales en el Café por la Seguridad Vial, que cada viernes organiza la Coalición de Movilidad Segura.
Así contaron su "calvario" para recuperar el cuerpo de su ser querido, obtener una atención médica de calidad, identificar al responsable o lograr justicia y la reparación del daño. Son personas que un día fueron alcanzadas por la violencia vial –que diariamente cobra la vida de 44 personas y deja lesionadas a otras 90– y en medio del dolor de la pérdida de un ser querido, sacaron fuerzas de la indignación para enfrentar un sistema que poco hace para garantizarles los más mínimos derechos.
“Ahora vengo hermana”
El 18 de diciembre de 2020, en una mañana de pandemia, la pedagoga y ciclista oaxaqueña Gaby Soto fue atropellada por un conductor de la línea de transporte municipal Zaachila Yoo que venía echando carreritas y tras aventarla, de manera imprudente se dio a la fuga. Gaby no murió inmediatamente, pero como los servicios médicos tardaron en llegar a esa calle del municipio de Xoxocotlán, se desangró y murió apenas llegar al hospital.
"Si se hubiera quedado a ayudarla…”, recapitula con la voz entrecortada su hermana Esther Soto, seis meses después del siniestro vial que cambió su vida para siempre, pero lo cierto es que 2 de cada 3 conductores involucrados en un siniestro vial se dan a la fuga, según datos del Informe Ni Una Muerte Vial 2019.
La vida de Esther cambió radicalmente a partir de ese día, no solo "porque uno no espera que tu hermana o un ser querido no llegue a casa" sino porque recibió la cruel enseñanza de las calles y carreteras de México: que todos estamos expuestos a un siniestro vial porque en este país se permite y hasta premia la conducción riesgosa de automóviles en las calles. No es cuestión de azar o de estar en el lugar equivocado a la hora equivocada, un siniestro vial es prevenible y todas las muertes por su causa son evitables.
Esa mañana, Gaby se despidió afable antes de dirigirse a la escuela preescolar que dirigía. “Ahora vengo hermana”, le dijo mientras le tocaba el hombro. Pero ya no llegó y a partir de entonces la vida de Esther se convirtió en una constante espera...de verla llegar a casa... de justicia... de una atención digna...de que no vuelva a suceder.
"Nunca se me va a olvidar ese 'ahora vengo hermana' y de hecho me estaba bañando cuando creí escuchar que me dijo "Apúrate que me tienes que ayudar", recuerda Esther.
Cuando le avisaron del fatal suceso, Esther se recuerda saliendo de casa e ir a ver si de verdad se trataba Gabriela. "No sabía que había que ir al Semefo, ni el lugar exacto del siniestro vial. Era una zona urbanizada en el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, donde el tránsito debe ir lento y era temprano en pandemia, ¿de dónde tanta prisa?
Según lo vivido por Esther:
"A los funcionarios de morgue y policías les falta capacitación, desde cómo dirigirse a las personas que van a preguntar por el cuerpo de un familiar hasta de cómo orientarlos para levantar una denuncia. Los mismos policías me dijeron 'no ya déjelo, su seguro hasta les dice que si los rematan es mejor y nunca va a encontrar este chofer, ya delo por perdido'. Como si mi hermana fuera un perrito atropellado. Me gustaría decirles a todos esos que se dan a la fuga que su acción es más llevadera cuando se quedan y no se dan a la fuga, porque cargar un muerto en la conciencia es peor.”
"Un calvario que no termina"
¿Qué otros maltratos sufren los familiares de víctimas de siniestros viales? La voz de Marisol, una ciclista atropellada hace 16 años por un conductor ebrio a exceso de velocidad en el Puente Minerva de Guadalajara, resuena a través de Alma Chávez, su tía.
"Desde entonces hemos vivido un verdadero clavario que todavía no termina y que comenzó viendo a Marisol tendida en la sala de urgencias en la que trataron de animarla sin éxito, pues nunca se recuperó del golpe a tanta velocidad".
La frustración de no obtener respuestas ni diligencias de ninguna autoridad hicieron a Alma y su familia actuar de forma inmediata para visibilizar el caso en los medios, pero tras 16 años asegura:
"Ni siquiera nos dimos cuenta que sería en el sistema de justicia donde seríamos revictímizados una y otra vez al tratar de exigir justicia para Marisol". Y todo porque no hay presupuesto para atender a las víctimas de los siniestros viales. En la Fiscalía se dan los casos más terribles de 100 por ciento de impunidad porque siendo un delito culposo no doloso, las víctimas indirectas no tienen acceso digno y justo a la reparación del daño.
Alma y su familia encontraron en las organizaciones de la sociedad civil el bálsamo para curar un poco su indignación y la fuerza para que la impunidad no sea la regla tras un siniestro vial. Ahora, haciendo honor a su nombre, Alma es el centro de la propuesta ciudadana de una #LeyMovilidadSegura, que tiene en el centro a las personas y no al tránsito.
Sueña junto a la Coalición Movilidad Segura con tener una ley que fomente la unidad nacional de todos los registros y reglamentos de tránsito y atienda todos las demandas de salud de las víctimas de siniestros viales.
Hay que trabajar mucho en las Unidades de Atención a Víctimas de Siniestros Viales, no es posible que no tengamos una fiscalía especial, que no tengamos un sistema de atención oportuna desde que llamas al 911, o que las familias esperemos a fuera del Semefo días enteros a que nos entreguen el cuerpo de nuestro ser querido".
Para ella hay buenas practicas legislativas en otros países que podrían ser tropicalizadas y si pudiera hablar con los legisladores que ya tardaron 6 años en dictaminar la propuesta de ley ciudadana, les diría que:
"Los muertos son de todos, no tienen colores ni partido, todos podemos ser víctimas viales y mientras no trabajen en políticas públicas a nivel país no detendremos esta pandemia de muertes viales. Estamos hablando de más muertos que los que dejó el Covid19, pero como no mueren todos juntos no son noticia. Somos las víctimas olvidadas por todos, los medios, las autoridades y los legisladores, pero nueve de cada 10 muertes se podrían salvar con políticas públicas, legislación y presupuesto".
No te pierdas mañana viernes 24 de junio, a las 9 am, el Café por la Seguridad Vial en el FB @coalicionmovilidadsegura