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Inauguración de la primera ciclovía en las vías del tren México-Cuernavaca

Inauguración de la primera ciclovía en las vías del tren México-Cuernavaca

Jul 20, 2004

​En 2004, hace 18 años, AMLO inauguró el primer tramo (Ejército Nacional-Barranca del Muerto) de la Ciclovía Recreativa México-Cuernavaca. Fue el primer "sueño guajiro" de los Bicitekas e hicieron circo, maroma y hasta un "bicisecuestro" para conseguirlo. Entérate.

 

Por Georgina Hidalgo Vivas

Alguien le prestó una bici al entonces Jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador y él echó a volar por la recién encarpetada "ciclopista". Uno gritó "Acabaremos con la tiranía del auto" y en el barullo, reporteros y fotógrafos tuvieron que correr para poder alcanzar al Jefe de Gobierno con sus flashes. 

 "Nos hacen lo que el viento a Juárez", dijo al terminar su discurso y para sorpresa de todos se trepó a la bici.

Parecía divertido, pedaleaba mientras a su lado "deportistas y usuarios ciclistas", como nos clasificó la enviada de La Jornada, atestiguaban el show político amadrinado por la ciclista de pista Nancy Contreras, en aquel entonces la más veloz a contrarreloj de los Panamericanos.

Los Bicitekas aguardaban a ver lo planeado, quería ver realizada su anhelada propuesta de Primera Ciclovía de la Ciudad de México, el sueño guajiro de ciclistas de este y el otro lado Del Valle del Esmog, el tesoro que varios políticos advenedizos ya se habían adjudicado.

 Así lo cuentan en su libro Crónica Biciteka, la verdadera conquista de las calles de Gran Ciudad de México:

"Empecé a pedir firmas para promocionar lo de convertir las vías del tren a Cuernavaca en una ciclovía. Estaba que ni manda- do a hacer porque justo empezaba el gobierno de Segio Estrada, que era el primero de oposición en Morelos, y acababa de quedar libre la única vía plana de todo Cuernavaca. Y es que ése era el pretexto pa- ra no promocionar la bici, “que las calles de Cuerna tenían pendien- tes”, entonces mi discurso era que con esa vía plana, que cualquiera podía usar y conectaba la ciudad, sí se podía. Fui a varios puestos de bicicletas y se comenzó a saber que había opciones y así empezó el Movimiento Bicicletero de Cuernavaca (MCC). Poco después una amiga mía que trabajaba en una ONG, por- que yo era bien internáutica y andaba activa en la web, me escribió y me dijo: “Hay un cuate en el DF que hace lo mismo que tú, se llama Tom Dieusaert”. Primero nos conectamos vía electrónica, luego por teléfono y finalmente un día pasé a su depa y empezamos a intercam- biar fotocopias y así nació vía remota electrónica el intercambio. (...)Fue muy chistoso lo de Bicitekas porque nos pusimos a pedir lo mismo de los dos lados de la vía sin ponernos de acuerdo. Aquí supe que León Hamui tenía la misma idea de una ciclovía en el ferrocarril de Cuernavaca con sus amigos y también estaba juntando firmas; esa sinergía hablaba de la factibilidad de la propuesta. (Areli Carreón, Op, cit, p50)

"Andaba con el gusano de convertir la vía del tren de Cuernavaca en una ciclopista. En ese entonces hacía triatlones y empecé con todos los triatletas a llenar listas de firmas para convertir el antiguo ferrocarril en una ciclopista porque recién acaban de cerrarlo y había unos proyectos alternativos que se estaban manejando, como un tranvía y ampliar el Periférico; había como mil proyectos. Entonces me monté en las firmas y se las llevé a Tom y a Lalo en uno de los paseos; pero llegué al paseo referenciado, porque hubo como tres o cuatro personas que me firmaron y que me dije- ron, “oye pero esto ya lo está trabajando un grupo que se llama Bi- citekas”. “Ah, ¿y quiénes son?”. “No, pues quién sabe”. Y sí, deveras, nadie sabía, porque en ese entonces sólo eran seis changos: Agustín, Tom, Xavier Treviño que acaba de entrar, el Memo, Lenka. Así pasó, los busqué y vi que tenían una página de internet en La Neta, les escribí y me contestaron que vente el miércoles, que nos vamos a juntar. (León Hamui, idem, p51)

Un "dulce envenenado"

Si bien el mismo AMLO reconoció "que la obra se hizo tras la protesta de varios ciclistas que se presentaron en mis oficinas para plantear su desacuerdo con los Segundos Pisos y que querían otras opciones de transporte", la construcción de esta primer "ciclopista" de 80 kilómetros y que según llegaría hasta Morelos nunca fue del todo satisfactoria para los bicitekas, quienes la consideraron una dádiva, un "dulce envenenado". Y no solo por su peligroso diseño.

Habían entregado un proyecto al jefe de la ciudad aquél día que se les ocurrió "secuestrarlo" y no soltarlo hasta que abandonara la absurda idea de construir un Segundo Piso. ¿Quieres conocer este episodio?  

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